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martes, 22 de noviembre de 2011

Mentiras científicas Más populares!

A menudo hemos oído cosas, que nos han condicionado, de manera pequeña, pero al fin y al cabo nos han influenciado, ya sea por la red, por amigos familiares, pero no todo los que se dice olle ve es cierto...


1. Usamos sólo el 10 % de nuestro cerebro

Falso. Este mito lleva arraigado mucho tiempo en nuestra sociedad alentado, sobre todo, por los creyentes en poderes paranormales que se escudan siempre en él para justificar esas capacidades sobrenaturales. Aparte de la falacia que supone dar una cifra concreta a un asunto tan complejo (¿de donde se han sacado eso del 10 %?¿Por qué no el 19% o el 7.32 % ¿), ningún estudio serio ha demostrado jamás semejante engañabobos. Al analizar una serie de imágenes computacionales y escáneres de resonancia magnética nunca se ha encontrado ninguna zona "durmiente" en el cerebro. Analizando las células o neuronas de un individuo no se encuentran tampoco áreas inactivas o zonas que no estuvieran funcionando. Decir que nuestro cerebro funciona al 10% es tan engañoso como decir que nuestro intestino funciona al 10% porque no somos capaces de digerir piedras o que nuestros ojos funcionan al 10% porque no somos capaces de ver a través de las paredes como Superman.



2. Las uñas y el pelo siguen creciendo después de muerto

Falso. Por mucho que te juren y perjuren que lo han visto con sus propios globos, no se trata más que de una ilusión óptica generada por el retraimiento de la piel del cadáver, según afirman los investigadores. El crecimiento de uñas y pelo requiere de un complejo proceso hormonal que se paraliza en el momento de morir. Los forenses están hartos de ver cuerpos sin vida y jamás han confirmado que les sigan creciendo estas partes a los afectados. Y ellos sí que tienen posibilidad de medir y observar de forma rigurosa todos estos detalles y sin, embargo, no se tienen noticias serias de una sóla afirmación en sentido favorable al mito.


3. Cortarse el pelo al cero hace que crezca más áspero y rápido

Falso. Este mito si que lleva tiempo instalado en nuestra sociedad. Hasta los propios peluqueros lo aconsejan cuando ven que el cliente les llega con problemas de calvicie incipiente. Sin embargo, no se trata más que de otra ilusión. Los investigadores encontraron varios estudios que han comparado parches de cabello que crece después de rasurarse y otros sin rasurarse. Se descubrió que el cabello rasurado no crece más rápido y nace sin una punta muy fina que se encuentra en el cabello sin rasurar, lo cual da la impresión de ser más grueso y más áspero. Además, la sensación subjetiva de ver una cabeza completamente pelada y al poco tiempo, verla oscurecida por el pelo, puede ser muy engañosa. Cuando tenemos el cabello largo, sin embargo, apenas notamos el crecimiento hasta que no se trata ya de algunos centímetros.

De igual modo, coexistiendo con esta falsedad, tenemos otra que dice que cortarse los pelillos de las piernas, hace que te crezcan más fuertes y en más negros. De nuevo otra mentira muy extendida precisamente por el aspecto subjetivo que ofrecen los pelos salientes con respecto a los que estaban ya largos. Además, si esto fuera cierto, habría muchas mujeres que tendría los pelos de las piernas como púas del 15, y sin embargo, se pasan años depilándose con maquinillas de afeitar y siempre los tienen igual (no admitimos las evidencias referidas a las suegras). 



4. Hay que beber 2 litros de agua al día

Falso. Este mito se ha extendido gracias a la nueva cultura de la imagen y del culto al cuerpo. Las modelos no paran de decir por televisión que ellas mantienen su esbelta figura gracias a que beben mucha agua durante todo el día. Por otro lado, hoy parece que todos los alimentos poseen propiedades negativas para el cuerpo humano. Si no es porque tienen colesterol, es porque tienen grasa, y si no, porque tienen azúcar, y si no, porque tienen exceso de oligoelementos y si no, porque tienen pocas vitaminas y si no, porque tienen demasiadas vitaminas. Solución: bebemos agua a raudales y tan felices. Los investigadores bucearon en los estudios que existen sobre el tema y no han encontrado uno sólo que mantenga esta afirmación.

No necesitamos tanta agua en nuestro cuerpo para estar sanos. De hecho, los estudios demuestran que nuestro cuerpo es muy bueno para regular cuánta agua necesitamos, y por eso nos indica cuando tenemos sed. Y además, no se necesita beber tanta cantidad de agua pura porque la necesaria se puede encontrar perfectamente en otro tipo de líquidos que bebemos a diario, como por ejemplo en el café, en los zumos, leche o en los propios alimentos.



5. Leer con poca luz daña nuestros ojos

Falso. Esto lo llevamos escuchando desde nuestros padres, que nos regañaban cuando nos poníamos a leer comics de terror a la luz de una vela. Mito que se ha mantenido durante generaciones porque es cierto que cuando estamos forzando la vista se produce un estrés temporal que irrita o cansa la vista, sin embargo, en cuanto volvemos a las condiciones normales de luz, desaparece ese estrés temporal y no queda ningún daño permanente en nuestro ojo. La evidencia científica confirma este hecho. Lo que sucede es que tampoco es aconsejable leer en malas condiciones lumínicas porque no tiene sentido sufrir irritaciones en los ojos pudiendo evitarlo. Sabiendo que no existe posibilidad de daño permanente quedamos más tranquilos, pero seguimos recomendando leer con iluminación adecuada.



6. Comer de noche engorda

Falso. Este mito lo llevan a rajatabla todos aquellos que en algún momento de su vida han tenido que hacer dieta. Lo han escuchado decenas de veces: prohibido comer de noche. A partir de cierta hora nocturna, cerrar la boca y tirar la llave al mar. Tras una revisión exhaustiva de la literatura científica al respecto, nuestros investigadores no encontraron la más mínima evidencia de esta afirmación. Comer de noche engorda exactamente igual que comer de día. Este mito parece ser que nació por un estudio solitario y sin cotejar que publicaron en Suecia donde afirmaban que encontró que mujeres obesas dijeron comer más en la noche que las no obesas. La simple realidad es que las mujeres obesas no son sólo "comedoras nocturnas" sino en general comen más durante todas las comidas. Lo único cierto es que la gente sube de peso porque consume más calorías de las que quema, así de claro y de rotundo. Si no quieres engordar, no comas. Pero ni de noche ni de día. Lo sentimos si te hemos fastidiado la ilusión de dejar esos kilitos de más, cerrando el pico a partir de las 6 de la tarde.



7. La Coca-Cola deshace la carne en 48 horas

Falso. A los que no tomamos la Coca-Cola nunca nos ha afectado esta leyenda urbana, pero reconozco que cierta curiosidad ha despertado en el resto de la concurrencia. Sin embargo, este mito resulta de lo más fácil de reventar. Simplemente toma un filete de lomo, ponlo en un recipiente con la bebida y espérate dos días a ver lo que pasa. Ya te lo adelanto yo: nada. El filete sigue tan rollizo como cuando estaba dentro del frigorífico. Así pues, los bebedores compulsivos de la marca más famosa del Universo, ya podéis inyectaros el dulce líquido hasta que aguanten vuestras vejigas. Estáis a salvo de incómodos agujeros intestinales. Y si lo aliñáis con otro tipo de bebidas no tan inocentes pero igualmente aromáticas, el resultado puede ser glorioso para los agujeros, pero esta vez del bolsillo.




8. Con el frío perdemos calor corporal por la cabeza

Falso. A medida que se acerca la navidad y con ella el frío de invierno boreal la gente comienza a usar sombreros porque se nos dice que perdemos entre 40 y 45% del calor corporal por la cabeza. Pues no. En temperaturas bajas se pierde calor por cualquier parte del cuerpo descubierta, y la cabeza no tiene nada de especial, aseguran los investigadores. Estudios realizados con cámaras infrarrojas han demostrado de forma rotunda ese hecho. El calor se va por cualquier lado del cuerpo. Quizá este mito ha surgido por la creencia de que la gente se resfría con más frecuencia si va con la cabeza destapada (otro mito). Lo que si es cierto es que en condiciones de bajas temperaturas debemos abrigarnos al máximo posible si, pero todo el cuerpo.



9. El azúcar vuelve hiperactivos a los niños

Falso. Los investigadores encontraron al menos 12 estudios que analizaban el comportamiento de los niños con dietas que contenía distintos niveles de azúcar y nunca han encontrado diferencias entre ellos. Ni siquiera en estudios de niños que eran considerados "sensibles" al azúcar se encontró una diferencia en el comportamiento tras consumir alimentos libres de azúcar y alimentos con azúcar. Lo más curioso es que en otros estudios que han realizado sobre los padres, se llegó a la conclusión de que éstos afirmaban encontrar a los niños mas activos cuando tomaron azúcar, incluso cuando en realidad lo que tomaron los infantes fue un placebo. Es decir, que los padres tienen el mito tan arraigado que ellos mismos se convencen de que sus hijos se vuelven hiperactivos con la ingesta de azúcar aunque no sea cierto. Evidentemente, hay que tener cuidado con los excesos de glucosa, pero más por una cuestión de salud alimentaria y obesidad que por la hiperactividad.



10. Las resacas se pueden curar y evitar dar positivo en control de alcoholemia

Falso. ¡Que más quisiéramos! Se están realizando experimentos con un cierto tipo de sustancias empleadas por los anestesiólogos que parece que algún día podrán curarlas en tiempo record, pero por ahora, no vale ninguno de los remedios caseros que has escuchado para no dar positivo en los controles de alcoholemia. No te pongas un grano de café bajo la lengua, no te tomes un protector de estómago, no tomes café con sal, no te laves los dientes con menta. Todo eso te lo puedes ahorrar porque a día de hoy no existe ninguna forma de evitar un positivo con el etilómetro si has bebido alcohol.



Por cierto, Murciélago no es la única palabra del español que contiene las 5 vocales…

Mí estimada señora: piense un poco y controle su euforia. Un escuálido arquitecto llamado Aurelio, o quizás Eulalio, dice que lo más auténtico es tener un abuelito que lleve un traje reticulado y siga el arquetipo de aquel viejo reumático y repudiado que consiguiera (en su tiempo) ser esquilado por un comunicante que cometió adulterio con una encubridora, cerca del estanquillo.

Señora escritora: si el peliagudo enunciado de la ecuación la deja irresoluta entonces mejor olvide su menstruación y piense de modo jerárquico. No se atragante con esta perturbación que no va con su milonguera y meticulosa educación.

Esto es de José Fernando Blanco Sáchez, en una carta al periódico ABC.




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