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martes, 22 de noviembre de 2011

Mitos científicos!

Al igual que las mentiras, también se han constatadas varias afirmaciones con las que popularmente hemos crecido.



1. Bajo la lluvia, si corres ¿Te mojas menos? Depende. Sobre todo, de la velocidad a la que corramos y del tiempo que permanezcamos bajo la lluvia. De hecho, existe una ecuación con la que descifrar en que casos es cierta o falsa esta afirmación. La ecuación es: Densidad de la lluvia que esta cayendo, multiplicada por la superficie superior de nuestro cuerpo, y a su vez multiplicada por: VR+A (la suma de la velocidad a la que vamos y nuestra área) por Vp (velocidad de la lluvia). Además, a esto se le suma el tiempo que pasamos bajo la lluvia. ¿El resultado? Cuanto más tiempo pases bajo la lluvia, o cuanta mayor velocidad lleves al correr, mas te mojaras. 



2. ¿Bostezar es contagioso? Si, hasta los chimpancés imitan el bostezo cuando ven a otro congénere bostezar, aseguran un estudio de la universidad inglesa de Stirling. Y según las imágenes de los escáneres cerebrales, parece que en el ser humano se trata de un acto completamente inconsciente que reside en la zona periamigdalar, relacionada también con la expresión facial y su interpretación emocional. 
¿porqué?
Una de las teorías más fiables acerca del contagio del bostezo es la Teoría de la mente (Evolucionaria). Este teoría se basa en que cuando una persona está en estado del aburrimiento a un estado de alerta o viceversa, lo comunica a través del bostezo (de forma inconsciente) para que los de alrededor se enteren y puedan actuar en consecuencia con otro bostezo. Por ello, se puede pensar que hace miles de años el rol del bostezo era esencial para comunicarse en grupo, coordinar las horas de sueño, etc. Por tanto, según esta teoría, su papel social sería muy importante y esto justificaría que a los niños con edades tempranas no les influya el contagio del bostezo. Porque no han desarrollado todavía la empatía suficiente ni son conscientes de sí mismos. Esta teoría explica por qué se produce con mayor frecuencia los bostezos en personas más seguras de sí mismas y con mayor empatía hacia los demás, también explicaría que solo los humanos y los chimpancés desarrollen el bostezo contagioso.




3. ¿Se tarda siete años en digerir un chicle? No, los ácidos estomacales no hacen distinción entre los diferentes elementos que entran en nuestro sistema digestivo, ya sea materia orgánica o química, como es el caso del chicle. En digerirlo, nuestro estomago tardará mas o menos lo mismo que con cualquier otro alimento indigesto; unas 20 horas. Dicen que el mito de los siete años fue inventado por las madres que querían evitar las caries que producían los chicles con azúcar. 

¿Se acuerdan de los Boomer y de este formato?XD

4. ¿La gran muralla china se puede ver desde el espacio? No, Yang Liweu, el primer astronauta chino que viajo al espacio, aseguró al volver: “La gran Muralla china no se ve desde ahí arriba”. Desde entonces, se ha dado por hecho que esto no era más que un mito erróneo, hasta que la agencia Europea del Espacio publicó en 2004 unas imágenes que eran, precisamente, e la Gran Muralla tomadas desde el espacio. A los pocos días tuvieron que rectificar, ya que los investigadores chinos describieron que lo que parecía la Muralla no era más que el recorrido de un río que fluye al noreste de Pekín. Tampoco se puede ver desde la Luna. 


5. ¿Los gatos siempre caen de pie? Si, Estudios científicos de los años 80 avalan que tiene un movimiento reflejo que les hace “colocarse” en el aire de manera que siempre caen de pie. Esto es posible gracias a su columna inusualmente flexible y a que carecen de un equivalente a nuestra clavícula en su esqueleto. Todo esto les permite amortiguar el golpe desde grandes alturas. De hecho, cuanto más alto, más tiempo les da a reorientarse y a preparar el ángulo perfecto de la caída. 


6. ¿Los animales prevén los terremotos? Si, Un estudio realizado con perros en la Universidad de Columbia demuestra una evidente alteración previa a movimientos sísmicos importantes. También, un científico que estudiaba dos manadas de elefantes en Sri Lanka durante el tsunami de 2004 vio como estos animales huían tierra adentro. Pero ¿Qué les pone sobre aviso? Pues una teoría asegura que son capaces de sentir cambios en el campo electromagnético de la Tierra y otra, que “huelen” gases emanados antes de un terremoto, como el radón y el hidrógeno. Antes del Tsunami, los elefantes huyeron 5 kilómetros tierra adentro. 


7. ¿Se puede morir de risa? Si, la denominada hilaridad fatal, que así se ha llamado a esta risa mortal, tuvo como primera victima al filósofo griego Crisipo de Soli. ¿El motivo de tanta carcajada? Ver a su burro alimentarse de Higos. El ultimo caso: Un físico danés llamado Ole Bentzen, quien falleció en 1989 “gracias” a la película Un pez llamado Wanda. En una escena de esta, su pulso aumentó de 250 a 500 pulsaciones por minuto, lo que le provocó un ataque cardiaco. 




8. Si todos los chinos saltaran a la vez, ¿Cambiaria el sentido de rotación de la tierra? No, O digamos, más bien, improbable, Resulta que hay unos 1.313 millones de chinos que viven en la Republica Popular China. Si alguien consiguiera que saltasen todos a la vez y llegaran todos al suelo al mismo tiempo, el efecto seria como la explosión de algo más de medio Kilotón. Aunque, eso si, repartida por una superficie terrestre tan amplia que su efecto no se notaria prácticamente. 


9. ¿Los hombres piensan en sexo cada siete segundos? No, En realidad es cada 52 segundos, según afirma la neuróloga estadounidense Louann Brizendine en su obra El cerebro femenino. Y este dato contrasta con la única vez al día en que piensa en sexo una mujer. Para llegar a esta conclusión, ha analizado la actividad cerebral de hombres y mujeres utilizando las últimas técnicas de resonancia magnética.



10. Una moneda tirada desde un rascacielos ¿Puede matar a un peatón? No, para empezar, por que la aerodinámica de una moneda hace que planee (esto es, que venza la fuerza de rozamiento) como lo hace la hoja de un árbol. Por tanto, a pesar de la velocidad que cogerá la moneda al caer, lo más que podrá provocar es un hematoma, pero nunca un golpe mortal. Una bala, por ejemplo, esta fabricada aerodinámicamente para hacer daño (evita el rozamiento).









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